Llenar el espacio del hogar de vegetación, tanto con plantas de interior como de exterior, aporta múltiples beneficios emocionales y de salud. La originalidad de un jardín vertical aporta decoración y permite adornar las estancias sin necesitar demasiado espacio.
Los jardines verticales vienen en muchas formas, tamaños y configuraciones. Algunos jardines verticales están diseñados para colgar en una pared como arte vivo, y aquí te diremos como lograrlo.
1. Herramientas y materiales necesarios
Para conseguir tu jardín vertical hecho por ti mismo, es la utilización de materiales textiles como el fieltro en forma de bolsillos en los que depositar las plantas, es una opción sencilla y muy asequible. Lo puedes conseguir en Amazon o cualquier otra tienda especializada en jardinería. [haz click en la imágen para comprar] Aquí hay que dar rienda suelta a la imaginación; puedes colgarlo con cuerdas en diferentes alturas o colocarlos en un tablón ayudados de un enganche metálico.
Este tipo de jardín vertical ofrece versatilidad y movilidad: es fácil cambiar las plantas y mover las cosas. Con cualquier jardín vertical, asegúrese de tener ganchos lo suficientemente fuertes para soportar el peso de las plantas y el suelo. También tenga cuidado de que la superficie contra la que cuelga su jardín no esté dañada por la humedad.
El siguiente paso es rellenar de tierra y disponer las plantas en los huecos que quedan teniendo en cuenta el crecimiento que cada planta presentará con el tiempo.
2. Diseño y planificación
Una vez que tengas los materiales es muy importante que te pares a pensar en cuestiones tan relevantes como el tipo de plantas que quieres tener – de interior o de exterior –, el efecto que quieres conseguir, y la cantidad de tiempo y de cuidados que puedes invertir.
Lo más fácil es conseguir que plantas trepadoras como helechos o hiedras que envuelvan la tela en su totalidad.
3. Cuidados y mantenimiento
Como ya te hemos adelantado, el cuidado y mantenimiento de tu jardín vertical dependerá de muchas variables como el tipo de plantas, ya sea por ser de interior o de exterior, así como de la dureza de la propia planta en cuanto a regularidad de riego y exposición solar. En general, lo ideal es que esté en una zona luminosa. En cuanto al riego, la mejor técnica es echar el agua desde arriba cuidando que todas las raíces de las diferentes plantas lleguen a hidratarse.
4. No lo descuides, piensa en los beneficios
Si la idea de tener la obligación de cuidar regularmente tu jardín vertical te echa para atrás, piensa en los beneficios que te aportará en tu día a día. Puntos a su favor, como la reducción de la temperatura en verano, el bajo consumo de agua que presenta, que actúa como aislante acústico y atrapa el polvo son algunas de las ventajas de este tipo de arquitectura vegetal. Además, en una zona de trabajo ayuda al rendimiento y a la reducción de estrés y aporta beneficios emocionales como el efecto calmante y regulador del estado de ánimo y aporta la limpieza del aire.
Quizás pensabas que hacer un jardín vertical era una tarea complicada, pero nada más lejos de la realidad, con los materiales adecuados y un poco de tiempo conseguirás tener uno que no dejará indiferente a ninguna visita, que disfrutarás cada día y al que no tendrás que dedicarle demasiados cuidados por la facilidad de mantenimiento que tiene.
Si deseas tener un jardín vertical de gran escala, o que tenga un sistema de riego automático como el presentado en la foto nosotros te podemos ayudar a lograrlo. Comunícate hoy al 787-210-2323 para una consulta.
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